Casas, patios, jardines, potreros, quintas, milpas y parcelas de las comunidades de Chiná y Castamay quedaron bajo el agua que el enorme terraplén del Tren Maya no dejó pasar por sus cauces naturales y dirigió a las partes más bajas de dichas demarcaciones.
Un recorrido de EL EXPRESO por ambas comunidades corroboró los daños. No es que el agua tenga un nivel de dos metros, no. Se trata de anegaciones y/o encharcamientos, de corrientes y escurrimientos de agua que cubren los predios de zonas bajas. La mayoría de las calles y carreteras están secas, pues tienen un nivel más alto que los patios.
Hay que recordar que Chiná y Castamay quedan al otro lado de las vías, a unos cuantos metros. En tanto que los escurrimientos buscan el mar, por lo que se dirigen hacia la ciudad por canales naturales que datan de hace milenios.
En charla con los pobladores de ambas comunidades, señalaron que nunca se habían inundado de esta manera. “El agua siempre viene de atrás, del monte. Ahora nos vino del rumbo de Kobén, como si las vías del Tren Maya no la hubieran dejado salir por otro lado”, señaló don Rudesindo, de Castamay.
“Todo bajó de por atrás de la estación del Tren Maya”, dijo doña Asunción, de Chiná.
Las autoridades del municipio de Campeche no están muy convencidas o, quizá, no quieren comprometerse en su respuesta ante esta situación.
El director de Obras Públicas, José Luis Llovera, dijo que, aunque no tiene elementos para decir que así haya sido, antes no ocurría, por lo que sería lamentable que los planificadores y constructores del Tren Maya no hayan considerado los drenajes y desagües.
La directora de Protección Civil, Guadalupe Chávez, dijo que el agua ya estaba bajando en Castamay. “Estas afectaciones no se tenían antes, por lo que es muy probable que el terraplén del Tren Maya haya provocado o desviado el canal natural del desagüe, y el agua busca salida naturalmente, es lo que ha provocado inundaciones en diversas comunidades y parte de algunas colonias de la ciudad”, señaló.
Redacción.