Indignada quizá por los destrozos y las pintas que las mujeres que marcharon en el 8M le dejaron en puertas y paredes, la coordinadora general del Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) les dio la espalda, o por lo menos no quiere saber nada sobre el asunto, a quienes podrían ser enjuiciadas y criminalizadas por la gobernadora Layda Sansores San Román, quien anunció demandas contra las que vandalizaron edificios públicos el pasado 8 de marzo, en la tradicional marcha por el Día Internacional de la Mujer.
Hay que recordar que ese día miles, millones de mujeres de todo el mundo, de México y de Campeche, salen a exigir con firmeza, fuerza y carácter lo que no se les da en todo el año: Respecto, equidad, igualdad, justicia, seguridad… Y lo hacen dejando escapar un poco del coraje y furia acumulada por tantos abusos.
Eso pasó también aquí en Campeche, donde arrojaron bombas molotov, incendiando y cuarteando decenas de ventanas del Palacio de Gobierno, rompiendo puertas y ventanas de edificio como el del CJM y demás, pintarrajeando paredes, llamando la atención de la autoridad de un estado que se ha convertido en uno con las mayores tasas de feminicidios y agresiones sexuales.
Como toda respuesta, en su Martes del Jaguar, Layda Sansores San Román las amenazó, intimidó y anunció la represión en su contra: Presentaría denuncias penales por los daños causados al edificio público, porque ya las tienen “bien identificadas”.
EL EXPRESO buscó a quien coordina el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM), Teresita Beatriz Segovia Espinosa, sólo para descubrir que no tiene una postura al respecto, que tiene miedo de que la regañen o la corran o que o que, en todo caso, carece de la vocación para ayudar a sus congéneres y sólo está ahí por el salario, por lo que su postura es a favor del gobierno y en contra de las campechanas.
Segovia Espinosa mandó a decir a este rotativo, a través de su enlace de comunicación social, que no puede hablar. Que las citas para entrevista se solicitan ante el área de Comunicación Social de la Fiscalía General del Estado y si no es así no hay manera.
Vamos, Teresita Beatriz no debería de esperar ni que la fueran a buscar. Por su posición, por el lugar que ocupa, por la vocación del Centro que administra, ella debería salir a dar su posicionamiento y defender a las campechanas del abuso
del poder.
No es la única. Vania Kelleher Hernández, la flamante titular del Instituto de la Mujer del Estado de Campeche (IMEC), hizo lo propio. Lástima, son mujeres cooptadas por el poder. Y por un poder ejercido por otra mujer.
Redacción.