En tensa calma, con actos de intimidación, una que otra bronca, pero sobre todo con una terrible desorganización de la jornada electoral por parte del Instituto Electoral del Estado de Campeche (IEEC), fue como concurrieron ayer las elecciones.
Lo bueno y positivo, la importante participación ciudadana que saturó las casillas y, en su momento, reclamó su derecho a votar cuando parecía que no se podría o no se aperturaban las casillas. Y pese a ello, aún existe incertidumbre sobre los datos y cifras precisas porque en todo el día no existió información oficial ni comunicados de prensa de los árbitros electorales que dieran a conocer, por ejemplo, las cifras oficiales de apertura de casillas, los horarios, el porcentaje de ausentismo de funcionarios de casilla, etc.
Si algo caracterizó a la jornada electoral de ayer, fue la importante y generalizada ausencia de funcionarios de casilla: El problema se reflejó casi en todos lados, sobre todo por la hora tardía en que comenzaron a funcionar y porque la especulación entre los votantes se hizo cada vez mayor: Unos decían que los habían comprado, otros que habían sido intimidados o amenazados, en ambos casos por el partido oficial.
Miles de campechanos que acudieron desde temprana hora a su casilla para emitir su voto, pero se toparon con el problema de que, aunque estaba programada la apertura a más tardar a las 8:00 horas, muchas de ellas, pasadas las 10:00 horas, seguían tratando de completar el número de funcionarios requeridos por la ley. La mayoría de ellas tuvo serios retrasos.
La gente formada en las diversas casillas se empezó a desesperar porque ya llevaban una hora y hasta dos horas en espera, desde su llegada hasta su salida algunos se tardaron hasta tres o cuatro horas.
Eso ocurrió en casillas, por ejemplo, como la ubicada en el Parque Ximbal, o en la Escuela preparatoria Fernando Angli Lara, o en la Escuela Secundaria General número 27 y la lista podría seguir infinitamente.
Ya desesperados, los electores exigían, a veces a gritos, la terrible logística de los funcionarios de casilla capacitados por el IEEC: Quienes llegaron a las 10 horas a votar, se fueron incluso antes de quienes estuvieron en la fila desde las 7:00 horas, porque los funcionarios “se hicieron bolas” y se vieron ampliamente superados por la demanda.
El intenso sol de media mañana, así como el temor a acciones de inseguridad o enfrentamiento entre grupos, fueron otros elementos que llevaron a muchos campechanos acudir temprano a las urnas.
No existieron incidentes mayores de violencia desde la apertura hasta el cierre de las casillas electorales, pero sí actos de intimidación de grupos de motociclistas, gente en camionetas e incluso de elementos de la policía que, divididos en dos grupos antagónicos, generaban más temor que seguridad a los votantes.
También se vio a elementos federales de la Guardia Nacional, Sedena y Marina que, en convoyes, recorrían algunas avenidas principales y, sin embargo, la incertidumbre, la sensación de inseguridad, el temor a que algo pudiera ocurrir en algún momento, seguía ahí.
En municipios como El Carmen y Hecelchakán, en Hopelchén también y Champotón, se generaron algunos conatos de violencia y broncas al cierre de las casillas, sobre todo entre partidarios de Morena y Movimiento Ciudadano.
Fue una jornada en apariencia participativa, pero sin datos oficiales que lo puedan confirmar y con una terrible organización electoral. El árbitro falló.
Por la noche, tras el cierre de las casillas, se desataría el caos y habría persecuciones, movilizaciones, acusaciones y enfrentamientos.
Redacción.