PREVÉN GRAVE ESCASEZ Y ENCARECIMIENTO DE PRODUCCIÓN HORTÍCOLA

Las principales comunidades rurales más cercanas a la capital y que quedaron detrás de la línea del Tren Maya, no sólo sufrieron inundaciones en sus viviendas. También tienen millonarias pérdidas económicas por la inundación de sus campos de cultivo y la afectación total de su producción de hortalizas, frutas o granos.

Sucedió casi en todos lados: Castamay, Kobén, Chiná, Imí, Hampolol, Bethania, Cayal, Tikinmul, Chemblás y otras, y tan sólo hablamos del municipio de Campeche.

Fue una catástrofe en la que tuvo que ver, también, la obra del Tren Maya, pues al bloquear el terraplén de rodamiento los causes naturales de drenaje, se inundaron campos de cultivo, parcelas, quintas, potreros, barbechos, maizales, viveros, invernaderos y todo tipo de áreas de producción.

Las siembras más afectadas fueron de rábano, cilantro, calabaza, pepino, lechuga, remolacha, tomate y chile habanero, que abastecerían al mercado local, por lo que los agricultores anticipan que habrá escasez y encarecimiento de esos alimentos en las próximas semanas.

Tan sólo en Chemblás, unos 40 productores reportaron pérdida total de sus hortalizas, ocasionada por las inundaciones que se tuvieron por el paso del potencial ciclón tropical uno.

Un recorrido por los campos de producción de hortalizas dejó ver solamente las puntas más altas de las plantas, remopjadas totalmente bajo el agua. Ahí, darante un trabajo de largos meses, habían sembrado cilantro, rábano, lechuga, epazote, yerbabuena, tomate y otros.

El cultivo que ya estaba casi listo para su cosecha en algunas de las parcelas era el rábano, y ahora tanto ese producto como las demás hortalizas son una pérdida total.

Chemblás es una de las localidades del otro lado del Tren Maya, cuyos campos y zonas habitacionales quedaron bajo el agua que el dique del ferrocarril impidió su paso hacia el mar.

El productor David Miss dijo que tras dos días de aguaceros ininterrumpidos, sus siembras de cilantro, lechuga y rábano quedaron sumergidas.

César Calán comentó que “cuando crees que la tormenta pasó y no es así, iniciar el día sin lluvia pero con la sorpresa de encontrar todo bajo agua, pérdida total, inversión, tiempo, esfuerzo, dedicación, amor, ¿a quien reclamar? ¿A la naturaleza?”, cuestionó.

Ahora, tienen que esperar a que baje el agua y seque la tierra, para poder volver a sembrar sus hortalizas y tratar de recuperarse económicamente, ya que esta cosecha fue una pérdida total, y estamos hablando de entre 200 y 300 mil pesos de pérdidas por productor.

Rita Chablé, habitante de la comunidad Bethania, aseguró que más de 50 habitantes del poblado perdieron parte de sus sembradíos.

“Las parcelas se inundaron y es muy poco lo que se logró rescatar; están dañadas y no tendremos más cosecha. Lo que trajimos hoy (al mercado principal) es todo lo que tenemos, y las ventas están bajas”, dijo al diario La Jornada.

También se reportaron afectaciones en las comunidades Kobén, Tikinmul y Cayal. Los daños podrían ser mayores si se incluye los municipios de Hopelchén y Hecelchakán, donde se anegaron cultivos.

Las caras de los productores lo decían todo, meses de trabajo se perdieron debido a la inundación de áreas donde no se inundaban severamente. Las lechugas, el rábano, y otras hortalizas, no podrán rescatarse, al menos no está cosecha, aún y cuando tengan semillas, pues deben esperar a que se seque el exceso de agua de la zona de cultivo.

El representante de los maiceros de Campeche, Edgar Torres Ábrego, afirmó que los campos de cultivo de maíz están inundados, pero no hubo afectaciones ya que aún no es temporada de siembra, e incluso, en el peor de los casos, afirmó que por el momento tampoco es tan redituable el cultivo de maíz, pues se ha producido en exceso desde hace unos años a la fecha, y los precios no son buenos.

Por esta razón, afirmó que de no desahogarse en dos semanas como máximo, le apostarían a la siembra de soja o sorgo.

Mencionó que las zonas de mayor afectación fueron en Campeche, Tenabo y Hecelchakán.

Redacción.