Sí se apoya a las mujeres, pero no a las que se manifiestan con violencia para exigir sus derechos, pareció decir Vania Kelleher, directora del Instituto de la Mujer del Estado de Campeche (IMEC) cuando ayer se hizo a la encontradiza de la prensa para tratar de corregir un poco la postura que declaró a EL EXPRESO sobre la marcha del 8M y que la dejaron mal ante la opinión pública por su postura blandengue respecto a la autoridad.
La víspera, Vania trató de adoptar una actitud salomónica. Dejando al Estado el criterio para denunciar a quien así considere. Pese a que la marcha, violenta o no, fue para exigir respeto, seguridad y justicia, esa que el IMEC debe exigir también al Estado que garantice a las campechanas.
“Si hubo vandalismo que se investigue, cada quien es libre de manifestar lo que quiera y de hacer lo que quiera, simple y llanamente que no dañe a los que están enfrente”, dijo la titular del IMEC, en una condena pasiva a las manifestantes del 8M, hundiéndose más en su posición anterior, que es lo que quería corregir.
Y le fue peor. Porque para demostrar que sí defiende a las mujeres, dijo que la gobernadora Layda Sansores y la secretaria de Seguridad, Marcela Muñoz, “han sufrido todos los días ataques misóginos”. Es decir, Vania terminó defendiendo a la autoridad, a esa autoridad que ahora trata de criminalizar a quienes sólo salieron a exigir no ser más víctimas de la violencia, las agresiones, la desigualdad y del abuso.
Redacción.