EUROPA VUELVE AL ESPACIO TRAS EL EXITOSO LANZAMIENTO DE UN NUEVO COHETE

El cohete transportaba dos cápsulas de reentrada atmosférica que serán arrojadas al final de la misión, unas tres horas después del despegue. Estas cápsulas desarrolladas por la start-up francoalemana The Exploration Company y Arianegroup deben preparar la carga espacial para abastecer las estaciones espaciales.

El cohete europeo Ariane 6 despegó con éxito este martes y logró poner en órbita los microsatélites que transportaba, lo que representa un triunfo del primer vuelo de la nave europea y el regreso a un acceso autónomo al espacio para Europa.

«Es un día histórico para la ESA y para Europa», celebró el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Joseph Aschbacher. Para su homólogo de la agencia espacial francesa Cnes, Philippe Baptiste, «Europa está de vuelta».

Este éxito marca el regreso a un acceso autónomo al espacio para Europa, pero solo será un triunfo total cuando el piso superior del cohete caiga como está previsto a la atmósfera cerca de tres horas después del lanzamiento. «La misión aún no ha terminado», advirtió Martin Sion, el jefe del fabricante Arianegroup.

En la Sala Júpiter, la torre de control de la misión situada a 17 km de la plataforma de lanzamiento en Kourou, en la Guayana Francesa, la calma de los operadores contrastó con la emoción de un vuelo esperado desde hace cuatro años por la ESA.

«Propulsión nominal, trayectoria conforme a lo esperado», anunció el director de operaciones, Raymond Boyce, ante los aplausos de la sala.

Antes incluso del éxito del vuelo, el jefe de la NASA, Bill Nelson, celebró en la red social X «un paso de gigante para la ESA con el primer lanzamiento de su potente cohete de nueva generación».

Pese a los numerosos ensayos en tierra y a las simulaciones efectuadas desde hace meses, existía «una parte de riesgo» antes del vuelo, explicó Philippe Baptiste.

Históricamente, casi la mitad de los primeros lanzamientos de cohetes han sido fallidos, como en 1996 para el primer Ariane 5 que, sin embargo, de un total de 117 lanzamientos, solo falló dos veces.

«Aumento de la frecuencia»

El cohete, cuya puesta en marcha se ha retrasado cuatro años, transportaba una decena de microsatélites de universidades.

Igualmente transporta dos cápsulas de reentrada atmosférica que serán arrojadas al final de la misión, unas tres horas después del despegue. Estas cápsulas desarrolladas por la start-up francoalemana The Exploration Company y Arianegroup deben preparar la carga espacial para abastecer las estaciones espaciales.

El Ariane 6, que se puso en marcha en 2014, tiene capacidad para poner en órbita satélites geoestacionarios a 36.000 kilómetros de altitud y también constelaciones de satélites a cientos de kilómetros de la Tierra. Para ello, el piso superior del cohete cuenta con un motor Vinci, la principal innovación de la nave.

Durante el vuelo, el motor Vinci se encendió con éxito en dos ocasiones para llevar el piso superior al lugar desde donde lanzó las cápsulas, una hora y seis minutos después del despegue. Cuando el motor se encienda una última vez el piso superior volverá a la atmósfera desde donde caerá al Pacífico, cerca del punto Nemo, el lugar más alejado de cualquier zona de tierra.

Este vuelo de Ariane 6 era estratégico para los europeos y su continuidad frente al gigante estadounidense SpaceX, que lanza sus cohetes reutilizables Falcon 9 alrededor de dos veces por semana.

Desde el último vuelo de Ariane 5 hace un año, los europeos ya no pueden poner un satélite en órbita por sus propios medios. Y desde la invasión de Ucrania ya no tienen acceso al vehículo de lanzamiento mediano ruso Soyuz. Además el cohete Vega-C ha estado en tierra desde finales de 2022 tras un accidente.

Después de este primer vuelo, se necesitarán varios meses para analizar los datos transmitidos por los múltiples captores del cohete antes de realizar un primer lanzamiento comercial a finales de año, probablemente con el satélite de observación militar francés CSO-3.

El siguiente desafío será «lograr el aumento de la frecuencia» de vuelos, según Toni Tolker-Nielsen. Se prevén seis vuelos en 2025 y ocho al año siguiente.

Ariane 6 registra 29 vuelos en su cartera de pedidos, un «absoluto éxito sin precedentes para un cohete que no ha volado», se congratuló recientemente Stéphane Israel, jefe de Arianespace, empresa encargada de comercializar y explotar el cohete.

No obstante, el programa sufrió recientemente un revés: Eumetsat, el operador de satélites meteorológicos europeos, anuló a finales de junio el lanzamiento de su satélite MTG-S1 previsto con Ariane 6 a principios de 2025. En su lugar, lo realizará con SpaceX, alegando «circunstancias excepcionales», que no precisó.

Una decisión de un organismo intergubernamental de 30 países europeos a costa del principio de soberanía europea «difícil de comprender», según el jefe de la ESA, Joseph Aschacher.

Agencias.