ESTABILIDAD, LA GRAN TAREA DEL TRI EN COPA AMÉRICA

La Selección Mexicana regresa al torneo continental después de ocho años con un entorno frágil tanto en lo deportivo como en lo organizacional. La meta de Jaime Lozano es encontrar el equilibrio en ambos aspectos.

La Selección Mexicana está de vuelta en la Copa América, el mayor torneo continental de selecciones, después de ocho años y dos ediciones de ausencia (2019 y 2021). Sin embargo, el panorama de su regreso no es miel sobre hojuelas. Sus resultados deportivos y organizacionales dejan a los aficionados con bajas expectativas de cara a este certamen.

“La primera flaqueza que debe superar el equipo de Jaime Lozano enl a Copa América es el tema mental, superar el contexto actual, en donde se está dudando mucho de la selección por los resultados recientes y, además, están metidos en un cambio generacional forzado, obligado por un lavado de cara más que porque de verdad ya no cupieran en la selección algunos jugadores. Deben mantenerse serenos mentalmente y no derrumbarse”, señala a El Economista, Eduardo Zurita, analista de futbol en W Radio, Editorial Puskas y Apuntes de Rabona.

Antonio Torres Servín, canterano y ex entrenador de Pumas, coincide en ese análisis: “Más que nada, la Copa América se trata de mejorar el aspecto anímico. Es levantar el ánimo de los jugadores. Creo que de un partido a otro, de Uruguay a Brasil (amistosos antes del torneo) se mejoró muchísimo, entonces, es el momento de que los jugadores crean que son capaces”.

El último partido de México en Copa América fue en verano de 2016, en la edición Centenario celebrada también en Estados Unidos, donde se despidió en cuartos de final por una escandalosa derrota contra Chile por 0-7.

Su regreso a la Copa América se mantiene en un momento bochornoso, sobre todo a raíz de la eliminación de México en fase de grupos del Mundial de Qatar 2022, algo que no ocurría desde Argentina 1978, y los constantes tropiezos desde entonces ante Estados Unidos, Argentina y Uruguay, tanto en competencias oficiales como amistosos.

De hecho, México sólo ha ganado 4 de sus 12 partidos con Jaime Lozano como entrenador oficial, recordando que su nombramiento se hizo después de ganar la Copa Oro 2023. En ese torneo de Concacaf, ‘Jimmy’ tenía la etiqueta de entrenador interino.

Dentro de los 8 partidos que México no ha ganado con Lozano en el banco, resaltan un 0-2 contra Honduras en cuartos de final de la más reciente Concacaf Nations League, un 0-2 contra Estados Unidos en la final de dicho torneo y un 0-4 contra Uruguay en el penúltimo amistoso antes de enfrentar la Copa América 2024. Fueron caídas que hicieron eco al grado de cuestionar su continuidad.

En ese tenor, la Copa América toma sentido como un examen para Lozano y su continuidad de cara al Mundial 2026, en el que México será coanfitrión junto a Estados Unidos y Canadá; por tanto, no habrá necesidad de eliminatorias para esa justa.

“Soy más de la idea de que no se le debe poner a Lozano una instancia a la que debe de llegar en Copa América. Ese no es el objetivo para calificarlo como bueno o malo y que a partir de eso se quede o no. Soy más de la idea de que México tiene que encontrar un estilo de juego, un ‘11’ tipo y un juego positivo que compita, porque eso es lo que hace falta en la Copa del Mundo. Que no pasen goleadas como contra Chile (en la Copa América 2016) o el partido contra Argentina en el que no se compitió (en el Mundial 2022)”, subraya Eduardo Zurita.

Para el analista, hay tres flaquezas que México debe superar en la Copa América: además del tema mental, señala la inestabilidad de algunos jugadores en zonas que no son donde lucen más efectivos, además de la respuesta de juego de Jaime Lozano en los segundos tiempos.

“Hay jugadores que están fuera de la zona donde mejor podrían funcionar y eso es algo que tiene que superar ahora mismo. Un mejor análisis de lo que tiene y dónde dan su mejor versión. Luego, encontrar la estrategia de que puedan jugar ahí lo más posible y se junten con otros con los que tienen una sinergia diferencial.

“Luego diría que la dirección de campo, que es lo que planeas antes del encuentro, muchas veces empieza bien México. Los primeros 15 minutos empieza presionando alto, con intensidad y acercamientos, pero de repente cuando el rival lee a la selección y se acomoda para contrarrestarla, es ahí donde se nubla la vista del cuerpo técnico de Lozano. En los segundos tiempos es difícil que mueva el árbol. Más allá de que el plan de partido sea acertado o no, la dirección del juego también tiene que mejorar para que México pueda competir durante los 90 minutos y no sólo al inicio”.

Para Antonio Torres Servín, esos aspectos son los que denotan la urgencia de México y Jaime Lozano para darle estabilidad al proyecto.

“Ha tenido altibajos, sobre todo en algunos amistosos contra selecciones poderosas. Un año es poco para poder evaluarlo (a Lozano), pero en el aspecto futbolístico la Copa América va a ser un buen parámetro. Debe darle más estabilidad al equipo. Son buenos jugadores y Jaime es una persona muy preparada, no deben dar esos bandazos de que hay unos partidos muy buenos, otros regulares y otros con muy mal sabor de boca”.

El ex entrenador de Pumas tiene muy claro que México muestra flaquezas en dos zonas clave del campo: la defensa y el centro delantero: “Teniendo como parámetros los últimos dos partidos (Uruguay y Brasil), le anotaron 7 goles y sólo hicieron 2. Eso es de lo que ha carecido México de unos años para acá, tener buenos centros delanteros. Al final hablamos de un deporte de conjunto en el que tiene que haber equilibrio”.

México debutará contra Jamaica para después enfrentar a Venezuela y cerrar contra Ecuador el Grupo B, buscando conseguir un boleto a cuartos de final. Allí, su rival puede ir desde Argentina, Chile, Perú o Canadá, dependiendo cómo queden las posiciones.

Esta la participación número 11 de México en Copa América desde 1993 y apenas en dos pudo llegar a la final: Ecuador 1993 y Colombia 2001. En 2011 y 2015 se despidió en fase de grupos y en 2016 ocurrió aquella fatal derrota contra Chile. Pero hoy el panorama tampoco es muy promisorio, desde el punto de vista de los especialistas.

“El objetivo realista deberían ser los cuartos de final, sobre todo por lo pesado del grupo. Incluso, terminar en primero de grupo es un objetivo que, de cumplirse, sería muy bueno. Llegar a semifinales sería un excelente resultado, no veo a la selección allí, por lo tanto, superaría expectativas y sería espectacular para el entorno”, menciona Zurita.

“Con la actualidad de la selección, viendo cómo llega a Copa América, México está muy lejos de otra final. En 1993 se empezó perdiendo y luego se compuso el camino, pero era una selección muy madura y bien dirigida. En esta Copa América se agarra un cambio generacional, por lo que una final se ve lejana y complicada”, apunta Torres Servín.

Otro de los objetivos que debe ser tarea para Jaime Lozano en esta Copa América y sus jugadores es consolidar a algunos elementos que han sido inestables, como los laterales Gerardo Arteaga por izquierda y la vacante por derecha que compiten Jorge Sánchez e Israel Reyes.

“Me gustaría que alguien de Liga MX, algunos talentos emergentes en selección, dieran un paso adelante: ‘Charly’ Rodríguez, Alexis Vega, Roberto Alvarado o Jordi Cortizo, que uno dé su paso para consolidarse en selección. Por último, Santiago Giménez. Es cierto que el esquema de Lozano no le ayuda a los delanteros en general, pero Santiago es el actual ídolo, me gustaría verlo con más registros, asistencias y goles”, concluye Eduardo Zurita.

Agencias.