MÉXICO SUB-23 GOLEÓ A ARGENTINA EN EL CUAUHTÉMOC

Noche mexicana en el Estadio Cuauhtémoc, donde México Sub-23 derrotó 2 por 0 a su similar de Argentina que se prepara para los Juegos Olímpicos de París 2024. El Tricolor cobró así revancha de la derrota sufrida el viernes en El Encanto de Mazatlán, donde La Albiceleste se impuso 4 por 2.

La vuelta de un combinado azteca a Puebla se vivió de manera dulce y corroboró que por mucho que el futbol mexicano esté en crisis, el fanático ama a su selección y El Tricolor por más malos resultados entregue en la cancha siempre contará con el apoyo de los suyos. Todo eso a casi 24 horas del chasco dentro de la final de la Nations Cup de la CONCACAF el domingo ante los Estados Unidos.

México y Argentina regalaron un partido serio, entretenido y sobre todo bien jugado en el dos veces mundialista. La Albiceleste, dos veces campeona olímpica, estuvo a la altura de las circunstancias mordiendo la cancha, presionando arriba y generando peligro a través de Luciano Gondou; México, sorteando la presión inicial del rival, emparejó y estuvo cerca de marcar en tres ocasiones, pero en todas el joven Pablo Monroy de los Pumas de la UNAM se topó con portero Fabricio Iacovich.

Tal parecía se trataba de la noche de Iacovich hasta que Santiago Muñoz desequilibró el compromiso cuando provocó penal luego de ser bajado por Gonzalo Luján en el área de La Albiceleste. El propio jugador de Santos pidió el esférico para acomodarlo en el manchón, desde donde engañó al cancerbero pampero para dar el grito…. Sí, el grito de gol en el Estadio Cuauhtémoc.

Aquello fue un bálsamo para la relación entre el fanático mexicano y El Tricolor, pues corroboró que por mucho mal que le haga la selección a sus seguidores, éstos siempre estarán ahí, “incondicionales” como dicen desde la Federación Mexicana de Futbol (FMF).

Un golazo a los 62 minutos de Ramiro Árciga, probando a la media distancia, venció a Iacovich para el segundo de la selección nacional de México, apostando a esas alturas a la contra con el marcador a favor y sobre todo con los más de 2 mil metros sobre el nivel del mar como aliados.

Argentina pagó el precio en lo físico de ir a mil desde el arranque del partido, pues le costó durante gran parte del segundo lapso acompañarse y generar peligro sobre la meta mexicana.

Agencias.