LEX LUTHOR TROPICAL. Vaya revelación la que se hizo durante el fin de semana acerca de los trapitos no sucios, enlodados, del “líder moreal” de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quien ha dicho una y mil veces que los políticos del PRIAN le dan asquito por corruptos cuando en realidad él mismo tiene un oscuro pasado manchado por el robo y la cárcel.
Según la información que se difundió en la red social X, fue el 17 de diciembre de 1996 cuando en un megaoperativo montado por agentes judiciales de Veracruz fue detenido Dante Delgado, exgobernador sustituto de ese estado, por el robo de 450 millones de pesos, tras una orden de aprehensión por los presuntos delitos de desvío de fondos, abuso de autoridad, enriquecimiento ilícito, entre otros.
Apenas tres semanas antes había renunciado al PRI y aseguran que esos fondos sustraídos le servirían para comprar y rescatar algún partido en decadencia o fundar el suyo propio.
Dicen, diiiiicen, que el joven Dante mantuvo la calma y la tranquilidad al ser arrestado, aceptó los cargos y solamente pidió el favor de que le concedan una llamada. Y aquí es donde se pone bueno porque le habló nada más y nada menos a quien entonces era jefe de la Policía Judicial del entonces Distrito Federal, un tal Jorge Obrador Capellini. Así, tal cual, un Obrador, es decir, un pariente de quien hoy se para todos los días en el estrado nacional a hablar de medio mundo que no concuerda con sus ideas fascistas.
El caso es que, tras esa llamada, dice el hilo de X, un grupo de disidentes priístas intercedió en favor y logró la posterior liberación de Dante Delgado y, oh fortuna, fue ese mismo grupo el que meses después se hizo del poder en la capital del país.
Es decir, todo parece indicar que Dantito vendió información del PRI a un grupo disidente, que se la compró a cambio de su libertad y otros favores, grupo que supo aprovecharlo y se hizo del control y del poder: Unos meses después Cuauhtémoc Cárdenas le arrebataba al PRI la Jefatura de Gobierno del DF.
Aún así, Dante Delgado no aslió de la cárcel antes de cumplir los 15 meses entambado, tiempo que no aprovechó para reformar su existencia ni para corregir sus errores, sino sólo para llenarse de ideas de venganza contra quienes castigaron su delito: El PRI y los priístas.
Por eso, dicen, el líder de Movimiento Ciudadano es un psicópata que carece de empatía y lo único que le importa es el poder, todo lo manipula y a todo le quiere sacar raja. Es decir una especia de Lex Luthor tropical.
Ahora, hasta ahí pues digamos que es un tema de Dante y de los priístas, y que ellos ajusten sus cuentas como quieran. Peeero, el detalle es que, dicen, Dante ha establecido todo una ruta que le permita llevar a cabo su venganza y ahí es donde la marrana tuerce el rabo.
Porque, en su venganza pretende arrastrar al país y a todos los mexicanos, Al ser consejero de cierto político tabasqueño con complejo de Mesías, dicen, diiiicen, que está jugando en su cancha para bloquear al PRI y a los priístas, dividiendo a la oposición y manipulando la democracia mexicana.
Por eso hay quienes llaman a no creerle nada a Dante ni a Movimiento Ciudadano ni a ninguno de sus candidatos, a quienes por cierto también manipula. Pues es un oportunista que se monta en el vaivén que le conviene para seguir viviendo del negocio electoral.
Quien narra estos hechos asegura que, aunque desde el poder han desaparecido todas las evidencias del arresto y del paso de Dante por la cárcel, aún existe información sobre el episodio pues, al ser detenido como exgopbernador llamó la atención de la prensa internacional como Los Angeles Times, que aún tiene en línea el documento.
UNA BLANCA PALOMITA EN EL CONGRESO. Todo un angelito resultó ser el presidente de la Junta de Gobierno y Administración del Congreso del Estado, el morenista Antonio Jiménez, quien sin renunciar a su cargo anda prestando más atención a su campaña de reelección por el V Distrito que a su trabajo legislativo.
Hay que recordar que Jiménez ya tiene un muertito en su conciencia, pues el fallecimiento de su antecesor, Alejandro Gómez Cazarín, llegó sólo unos días después de que Jiménez comandara un golpe de Estado interno que no sólo echó a Cazarín de su cargo y a toda su gente con él, sino que también lo defenestró y lo acusó públicamente de diversos delitos, siendo aún del mismo partido político, todo porque Cazarín exigió que le cumplieran la promesa que le hicieron en el 2021 de hacerlo candidato a la Alcaldía de Carmen en el 2024 y simplemente no se lo querían cumplir, motivo por el que él decidió usar al Congreso para meter presión y eso ya no se lo perdonaron.
Pero eso no es lo único. A Antonio Jiménez también se le acusa de estar aprovechando muy pero muy bien, aunque sólo para sí y los suyos, los recursos del Congreso del Estado.
Dicen, diiiiicen, y no nosotros, sino trabajadores del propio Congreso que piden el anonimato, que Jiménez metió a casi toda su familia a la nómina legislativa. Que los campechanos le sostenemos a parientes de primera, segunda y hasta de tercera línea ¿cómo la ve?
Por ello al morenista lo reciben como lo reciben en las colonias de su distrito: Con porras y saludos y gritos de que le vaya a pedir el voto a su mamá.
Han sido más de tres ocasiones en que Jiménez ha tenido que acelerar el paso ante la agresiones ciudadanas que sólo son producto de la frustración y de la impotencia al ver cómo los que prometieron llegar para cambiar las cosas lo único que cambiaron fue a qué banco hacen los depósitos.
MIÉRCOLES DE AGUILITA. La semana nos dejó no solamente que Eliseo Fernández Montúfar definitivamente no va a ser candidato al Senado de la República, sino que no va a dejar de hacer campaña porque sin él sus candidatos simplemente están perdidos, incluyendo a la que quiere repetir en la capital campechana, Biby Rabelo de la Torre, pese a tenerla sumida en su peor crisis de falta de agua de su historia y no haber podido resolver algunas de sus más viejas problemáticas, como los baches.
Por eso Eliseo trata de subirse al ring con Ricardo Medina Farfán, el candidato del PRI y PRD, que es el único que puede alcanzar y superar a la mocista, por su capacidad y su experiencia y porque ha encontrado buena respuesta de los campechanos, que se enganchan con su campaña de propuestas y tiene muy buenos números entre los ciudadanos.
Y esa es la razón por la que Biby no quiera participar en ningún debate. Dicen, diiiicen, que sus asesores le piden asistir, porque si no va a quedar muy mal ante los campechanos, pero ella no quiere ni oír hablar del tema porque sabe que no cuenta con la capacidad oratoria ni el conocimiento ni el manejo de medios del candidato priísta y, si no se pone abusada, en una de esas hasta la morenista Jamile Moguel, que es la candidata más improvisada que existe para la Alcaldía, le puede dar un susto.
El caso es que por eso a Fernández Montúfar no le queda de otra más que atacar, atacar y descalificar , pero con mentiras e inventos que ya nadie le cree y busca hacer de Medina Farfán el blanco de sus misiles desde el anonimato.
Eso si, Ricardo no es Biby y Ricardo dio a Eliseo una respuesta contundente: Yo no soy el prófugo, sino tu. Y no soy prófugo porque no soy corrupto, como tú.
¡Tómala, papá!
