Por: Francisco López Vargas
Las mañaneras, consideradas el corazón propagandístico de la 4T, llegaron a su emisión número mil y en cada una, según un análisis de la consultora Spin, el Presidente hace cada vez un promedio de 94 afirmaciones falsas, publicó Reforma en su edición del 22 diciembre de 2022.
Para hoy, las cifras no han cambiado mucho: el presidente sigue gobernando con base en mentiras que sólo consiguen acreditar que muchas de sus afirmaciones son utilizadas para tratar de acreditarse como un político serio, de altura y sensible sin que por ello lo sea.
“Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie” ha repetido 69 veces a febrero pasado, el gobierno que, siguiendo la regla de otros, ha encarcelado por razones políticas a quienes considera sus adversarios políticos o representan, para él, un ejemplo de lo que significa tener poder y ejercerlo.
“La regla de oro de la democracia es la transparencia”, ha dicho 55 veces el presidente que, como ni un otro, ha recurrido al eufemismo de “seguridad nacional” para no revelar cómo se han rebasados los presupuestos originales de sus principales obras de gobierno.
Tampoco ha sido práctica extraña esa especie de “arreglos” con personajes de gobiernos pasados con escándalos de corrupción que se prestan a declarar lo que le piden a cambio de tener un grado de impunidad que lo libre de prisión, aunque no de escarnio.
La mentira ha sido una práctica común de su administración así como la falsedad de que se han cumplido sus promesas del día que juró respetar la Constitución y las leyes del país. La realidad no es que López Obrador haya actuado muy distinto a los que han sido sus antecesores, pero el descaro, el cinismo y la imposición de la que ha hecho gala era algo que no veíamos en el país en este siglo donde, por mucho, no sólo se cuidaba el lenguaje sino también los actos.
Otto von Bismark, fundador de la Alemania moderna, decía que nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería, pero su alusión se ha quedado corta ante un presidente que insiste, como cuando estaba en campaña –no ha dejado de hacerlo-, a hablarle a su auditorio en temas generales que saben serán bien recibidos. Precisamente por ello, siguiendo ese manual del príncipe Maquiavelo, el presidente siempre se refiere a esos adversarios imaginarios que generalmenrte no son los que él detalla, pero que los convierte de inmediato en motivo de escarnio público de sus seguidores.
El sexenio de Andrés, al que le quedan poco más de 150 días, es un gobierno fracasado porque se olvido la que debe ser la norma de todos los que lleguen a la presidencia: servir a sus gobernados protegiéndolos y brindándoles seguridad y salud, dos temas en los que nada de lo hecho por él acredita un éxito y si muerte, destrucción y negligencia.
Repuntaron los homicidios violentos en los meses finales de su gestión, se acreditó que tuvimos hasta mayo casi 190 mil muertes, y ni en la época electoral amainó la crisis de seguridad, al extremo de que la violencia en los comicios llevó al INE a reconocío que ponía en riesgo a quienes participaban luego de la renuncia de más de 200 candidatas mujeres en Zacatecas mientras, según el segundo informe de Violencia Política del Laboratorio Electoral, se han registrado un total de 156 agresiones, de las cuales 50 resultaron en asesinatos, incluyendo 26 aspirantes, cifras al mes de abril.
En Salud, la mala gestión de la pandemia de Covid causó la muerte de casi 300 mil personas, según el reporte de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia en México.
Los resultados del informe «Aprender para no Repetir», coordinado por el doctor Jaime Sepúlveda, en México señala que se registraron 808 mil 619 muertes, de las cuales 297 mil 149 se atribuyen al mal manejo de la pandemia.
Un grupo de expertos consideró que 36 por ciento de los fallecimientos (297 mil 149 personas) pudieron evitarse con una adecuada atención.
«En los hospitales, las directrices para la atención de los pacientes fueron poco claras, el personal insuficiente y el equipo de protección tardío y de baja calidad», reportó la comisión.
El informe destaca que el 60 por ciento de los enfermos acudió a consultorios y farmacias privadas y fue un territorio mal regulado, donde recibieron malas recomendaciones y medicación.
Además, la campaña «Quédate en Casa», «causó un efecto perverso. Un gran número de pacientes llegó muy tarde al hospital», se estimó.
El informe fue presentado a inicios de semana y contrasta las cifras de afectación con los datos oficiales.
Según las cifras gubernamentales en México fueron reportadas 334 mil 196 muertes por Covid entre 2020 y 2023.
Sin embargo, el grupo de expertos revisó actas de defunción de ese periodo y encontró que los decesos reportados por Covid fueron 511 mil 81, es decir 53 por ciento más que el reporte oficial.
Pero al hacer la revisión de las muertes en exceso (aquellas que superan decesos esperables) la Comisión concluyó que se registraron 808 mil 619 fallecimientos atribuibles al virus.
En el tema de empleo y del fondo de pensiones, otra falsedad sale a relucir: en su primera década, el nuevo Fondo de Pensiones del Bienestar requerirá 130 mil millones de pesos y el actual Gobierno prevé aportar sólo unos 60 mil millones de pesos de pesos con la venta de activos, ahorros presupuestales y cuentas inactivas en Afores, explicó Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
«Lo que ha pedido el Presidente (AMLO) es que prefondeemos la mitad de este fondo. El costo que se prevé para los siguientes 10 años en el acumulado es de 130 mil millones de pesos, y nosotros estamos buscando prefondear en mayo la mitad, cerca de 60 mil millones”.
La deuda que se contrajo en este gobierno vía créditos para 2024 asciende a casi 2 billones de pesos porque no hay recursoso públicos suficientes para los programas sociales y las pensiones que se previeron para este año. Esta falsedad de recursos inagotables nos dejará un país en el que la crisis económica que se avecina será inevitable, sin importar quien gane la elección.