Por: Hubert Carrera Palí
La pérdida de respeto a una autoridad se suscita al momento en que el pueblo se subleva para exigir respeto a sus derechos. La ineptitud, más allá de la mediocridad y la calumnia, constituyen dos elementos fundamentales por los cuales un gobierno ya no puede ser más depositaría de la confianza ciudadana, aunque en su círculo político pretenda demostrar lo contrario.
En otras palabras, la desilusión y el encanto mueren, por lo cual, tanto la gobernadora Layda Sansores Sanromán y su consentida Marcela Muñoz Martínez, titular de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), ya no tienen cabida en Campeche, ls lo mejor regresar por donde vinieron en ese mundo de corrupción y farsas.
Por las buenas o malas, no les queda más remedio que respetar el juicio de la vox populi que a gritos exclama y reclama sus renuncias sin que medie consideración alguna y mucho menos irrisorias e irrazonables amenazas de arrestos y despidos contra los cientos de policías que no se le alineen, simplemente porque a la gobernadora y a Marcela no les asiste la ley.
La renuncia de Marcela no es negociable gobernadora, que le quede muy claro, tampoco lo es su renuncia, así escupa sapos y culebras durante su programa martes de jaguar contra supuestos orquestadores políticos del movimiento que solo existen en su cabecita.
Para su recordatorio, por si padece de amnesia, fue usted quien avivó el fuego de la hoguera cuando desde su martes de jaguar insultó a las madres de los policías y los amenazó con correrlos si no se sometían a los caprichos de su Marcela, ¿o ya no lo recuerda?
Y por si fuera poco, para que la quemazón se saliera totalmente de control ahí estuvo la excreta de vomitó el narco presidente quien de manera irresponsable y con el cinismo que le caracteriza, salió a su defensa dando la espalda a las mujeres y hombres policías que resultaron vejados y ultrajados durante operativo fallido en el Cereso de San Francisco Kobèn .
Entienda, que le quede bien claro gobernadora, aceptar a la fuerza las 21 demandas del pliego petitorio de los policías ya no es suficiente ni negociable, como tampoco mantener su continuidad en un cargo que a usted y su Marcela les ha quedado muy grandes y han deshonrado con sus estúpidos procederes.
El pueblo le repudia, lo mismo que a su secretario de gobierno Armando Toledo Jamit, que hoy se hace rosca para no verse involucrado por un pésimo trabajo que hizo como como operador político. No fue capaz de evitar el amotinamiento donde lastimaron, golpearon y vejaron sexualmente a mujeres policiacas que mandaron al interior del penal sin equipo antimotines para realizar un traslado de reos peligrosos.
Que poca y que insensibilidad tuvieron ante el giro que ha tomado el problema, tratan de victimizarse ante ataques de supuestos delincuentes políticos que, hasta el dìa de hoy gobernadora, no demuestra con pruebas que, en efecto, quieren desestabilizar su “trabajo”, cuando ya de por sí la entidad está hecha caca.
Sin embargo, aseguran los campechanos, que la responsable de todo el fracaso de esta ingobernabilidad no lo es del todo usted. El engendro de un sobrino le ha caído como la más grande maldición de su carrera política junto con Marcela Muñoz,
Es una verdadera pena Doña Layda que ya nadie le crea y atemorice, que su sobrino, “El Seso” y Marcela se hayan coludido para darle el golpe certero a su egocentrismo político que junto con el narco presidente, seguramente quedarán sepultados de por vida con el más asqueroso de los recuerdos.
Haga lo que haga gobernadora su fuerza diezma a cada momento así use toda la fuerza del Estado para reprimir, incluyendo la ayuda del narco presidente, Hoy el pueblo le da la espalda, ha tomado la decisión de que su vida ya pasó a lo màs vergonzoso y asqueroso de la historia
Sus minutos de maldad, odio, rencores y de mentiras están contados, el pueblo es mucho, pero mucho màs que cualquier gobierno corrupto como Morena.