Por: Francisco López Vargas
¿Qué pensará Marcela Muñoz viendo las manifestaciones que provocó su incapacidad?, peor aún ¿qué pensará Layda Sansores viendo esos ríos de gente exigiendo su renuncia y la activación de la revocación del mandato?
Entiendo que la gobernadora no quiera dejar el poder, le llevó demasiados años conquistarlo (?), pero ¿por qué sostiene a la secretaria de seguridad?, ¿le debe algo?, ¿Marcela representa algo o es un compromiso que no puede romper?
La especulación da para mucho y más en un gobierno que miente e inventa razones que nos quiere vender son de sus adversarios y no tiene recato en mentir.
¿Se atreverá a armar expedientes contra los policías? Yo creo que sí. Si se atrevió no sólo a armarlos contra Alejandro Moreno por delitos que no sólo no probó sino que le merecieron el amparo de la justicia federal al hoy presidente del PRI…
Uno esperaría que el fracaso de la denuncia, la irrupción a su casa y luego los reveses legales le hubieran hecho reflexionar sobre esos expedientes de asesino serial que le armó a Eliseo Fernández que sí tiene problemas de corrupción, desvío de recursos, fraude a la CFE y hasta peculado por ejercer un crédito de Banobras en algo distinto para lo que se pidió y que trató de acreditar con la firma apócrifa del contralor municipal, pero no: ella considera que tiene el poder, que lo ejerce hasta la ignominia y que no hay poder humano que pueda detenerla.
Sin embargo, las marchas ciudadanas provocadas por el fallido operativo en el penal y la agresión y responsabilidad en la violencia ejercida contra policías varones y mujeres pareciera que tampoco han sido suficientes para decirle que esa muletilla politiquera de que “el pueblo pone y el pueblo quita” se la están aplicando a ella y a su gobierno.
Seamos honestos. Las marchas no han sido organizadas por partidos políticos, pero si han servido para que una sociedad harta del mal gobierno no sólo pidan la renuncia de la titular de la policía sino también de la titular del ejecutivo por haberle fallado a los campechanos. Me explico: la gente le está cobrando a Layda los presupuestos extraviados, las cero obras de beneficio colectivo, la cero generación de empleo, el paupérrimo actuar de su gabinete y el desplazamiento de la entidad en materia económica que lo ha llevado a ser el último, el de la cola de la república en temas de economía y crecimiento.
Layda no termina de entender: Campeche ya cambió desde los días que ella veía cómo gobernaba Don Carlos. El Campeche de ayer ya no existe y esos atropellos y despojos ya no se permiten.
El Campeche de hoy le está cobrando la factura de haberle dado la confianza para administrar la entidad y sus resultados son nulos y quizá sea porque permanece más tiempo entre Chiapas y la Ciudad de México que en el estado que aspira gobernar (?) con su Martes del Jaguar y su legión de chilangos que importó de la alcaldía Álvaro Obregón, que después de ella perdió Morena.
En periodismo las dudas que no se aclaran están listas para dar rienda suelta a la imaginación, pero como siempre dice su sobrino Gerardo: qué nos importan los medios si de todos modos publican lo que quieran.
A Layda, como a Andrés Manuel, se le están viendo las mentiras por más que las cubra. No hay información para los gobernados que no saben que al malecón le van a quitar dos carriles por lado para la construcción de las vías de tren interurbano que uniría a la capital con la estación del Tren Maya pasando por Chiná, la ría de San Francisco y tomando el malecón después de la Plaza Galería hasta la glorieta del “atorado” para regresarse en su mismo recorrido.
Layda no atendió al general responsable del tren que fue a explicarles tiempos y necesidades para que la obra quede en tiempo y forma. Sin embargo, esa fue la última visita que realizó a la entidad en la que la gobernadora y la alcaldesa capitalina le dieron la espalda y en la reunión designó a un responsable para vigilar las obras.
La marcha ciudadana ha tenido un despliegue informativo nacional. No hubo medio que no le diera seguimiento y algunos la llevaron en su primera plana.
Los caricaturistas se han dado vuelo dibujando a la gobernadora que dijo que Campeche es más seguro sin policías.
Las marchas seguirán?
Todo parece indicar que las estrategias cambiarán porque los afectados una cosa tienen clara ella no va a ceder tan sólo porque no permitirá esos golpes a su investidura.
Layda seguirá de paseo viviendo entre Chiapas, Guatemala y la capital del país, y nadie se hará cargo de negociar con Pemex y los proveedores de la entidad que ya les dijeron oficialmente que no cobrarán hasta agosto, después de las elecciones.
¿Quién gobierna Campeche?, ¿quién toma las decisiones? Quizá nunca lo sabremos, pero lo que si sabemos hoy es que la gente tiene claro que “el pueblo pone y el pueblo quita” y eso que les tomó escasos tres años ver de qué está hecha la oferta política de Morena y de López Obrador: de caprichos, ocurrencias y fracaso, lo grave es que lo pagamos todos…