Por: Francisco López Vargas
La foto me inspiró a preguntarme ¿y quien es esta feminista que abraza a un violador? y es que la fotografía de Claudia Sheinbaum con Félix Salgado Macedonio la exhibe más a ella que al senador acusado de violador contumaz y reiterado, protegido por el presidente y su 4T y gobernador de facto que promovió a su hija para que sea su «Juanita» y garantizarle que él gobierne su natal Guerrero. Lo mismo que hace Andrés Manuel con Claudia Sheinbaum.
El resultado es una entidad fallida, donde nadie sabe quien gobierna, donde el crimen organizado ha sustituido por completo la fuerza del Estado y no hay quien pare a los delincuentes mientas los ciudadanos de todos los 85 municipios de esa entidad lo padecen.
Es por demás, en verdad no termino de entender por qué alguien podría votar por esta mujer que se ha traicionado a ella misma y a todo el movimiento femenil, ambientalista y democrático del México que exige respeto y justicia mientras ella sólo se atreve a proponer el segundo piso de la 4T a pesar de la ausencia de resultados en todos los ámbitos del sexenio.
Sheinbaum representa no sólo la postración ante el poder sino la subordinación absoluta a un hombre que le impide crecer, que le impide ser ella misma, que le impide acreditar sus conocimientos, sus pensamientos e ideales y termina uno por pensar que Andrés Manuel no la está limitando sino que ella está de acuerdo, dándole gusto en pagar ese precio por ser su sucesora y aspirante a presidente.
Los más de 50 mil feminicidios en el país, 11 diarios, son el mejor signo del abandono de la justicia a las mujeres sin que ella ha hecho nada por ello ni se haya convertido en la principal exigente a un gobierno que además del de ella no ha hecho nada por el respeto a su propicio género.
La foto con el violador de Guerrero deja claro que Sheinbaum no sufrió un lapsus en su mitin de inicio de campaña: la corrupción es también impunidad como la que viste y protege a Salgado y la protegió a ella y a su exmarido en el caso de los vídeos que acreditan como recibía dinero en efectivo y el costo de los segundos pisos capitalinos en el gobierno de López Obrador, que ella se encargo de construir con Rioboó el constructor privilegiado de ese gobierno.
Claudia ha acreditado que su proyecto es el mismo de López Obrador, sus obras serán para reforzar las que se hizo en este sexenio, su política ambientalista tendrá como eje el fortalecimiento de CFE y Pemex y no el medio ambiente que hoy destruyen no sólo en Cancún con el Tren Maya sino también con la contaminación ambiental en la ciudad de México que ella gobernó hasta hace unos meses.
¿Especialista en medio ambiente, en serio? ¿Y por qué no levantó la voz contra el uso de combustóleo en las plantas de CFE que envenenaron a la Cdmx durante su gestión?, ¿por qué no protestó por la devastación de la selva de la reserva de la biosfera de Calakmul, patrimonio mixto de la humanidad, si ella sabe el valor del agua y lo que sucede cuando escasea?, ¿por qué no fue promotora de las energías limpias?, ¿por qué difama y ofende a quien ella misma invitó a sumarse al proyecto de López Obrador.
La lista podría seguir al infinito y no tendría una respuesta de una candidata que se niega a asistir a diferentes foros de comunidades preocupadas por el rumbo que ella promete continuar sin siquiera tomar en cuenta a quienes esgrimen razones de peso, científicas y técnicas que acreditan el error de la 4T.
Claudia le dará gusto al presidente: se prestará a una elección de Estado en la que los recursos públicos se utilizarán para comprar clientelas electorales porque ciudadanos que voten por ella convencidos son pocos precisamente porque no es ella misma, ni su plan de gobierno le pertenece.
En lo personal, no podría votar por quien desprecia la democracia, esa por la que luchamos y que ellos fingían respetar y hoy acreditan que no lo harán sobre todo basándonos en su propuesta de nueva constitución que prohíbe la propiedad privada y promueve la desaparición de la iniciativa privada para promover la colectiva y del Estado.
La Construcción del segundo piso de la transformación es la radicalización de Morena y la edificación de un país que se alinee con los principios del Foro de Sao Paulo, como Venezuela, Nicaragua, Costa Rica o Brasil.
En lo personal, veo muy poco atractivo un gobierno que nos ha quitado a los ciudadanos derechos ya logrados: la rendición de cuentas y el derecho a conocer en qué y cómo se gasta el presupuesto, sus beneficiarios y en que usan esos recursos del Estado; desaparecer estancias infantiles, casas de seguridad para mujeres maltratadas, desaparecer el gasto en medicinas, exterminar los programas de salud que no sólo han sido degradados sino sus presupuestos recortados, desaparecido las escuelas de tiempo completo, los presupuestos para ciencia y tecnología.
México no es un mejor país hoy y no lo será cuando termine Morena porque la reconstrucción nacional no llevará poco tiempo ante el desastre que vemos y el agotamiento de todos los ahorros que teníamos como país y que venían sujetos a condiciones muy claras en fideicomisos constituidos para temas específicos como la salud e infraestructura y para daños catastróficos y por fenómenos naturales.
Las campañas ya empezaron, la presidencial hace muchas semanas, pero este marzo ha sido el inicio de muchas movilizaciones y serán semanas de mucha desinformación, de muchas ofertas y más promesas que endulcen las “propuestas” y “compromisos” que Morena no piensa cumplir de ratificarlos en el gobierno. Algo así como la filosofía presidencial: prometer lo imposible y cumplir lo que a él le convenga.
No caigas en el garlito de la promesa fácil, hoy todos debemos saber que lo que se debate no es quien gana. Hoy lo que se persigue es rescatar al país de la aspiración del país bananero y atrabiliario en el que no seamos vistos como ciudadanos sino como subditos de un gobierno que aspira a ser el único que rija la vida nacional. Digamos no y votemos en masa este 2 de junio.
Qué queda claro? Andrés Manuel aspira a “reelegirse” en Claudia Sheinbaum, una mujer cuyo proyecto sólo es darle gusto a quien la designó candidata.